Senza Fine

Saturday, March 10, 2007

...Viniendo de un sueño...


"La realidad es sencilla…
Y está siempre envuelta de un perfume que se llama…
… Libertad."
Acabo de despertar de un sueño revelador…
Todo me parecía sencillo…todas las cosas que siempre me dieron miedo aparecían ante mis ojos claras y amables, como amigas antiguas, a las que no llamaba desde hacía años, a las que no escuchaba quejarse ni lamentarse por este olvido, y que permanecían conmigo a pesar de mi ignorancia.


Soñé…y quisiera no haber soñado…y quisiera seguir soñando.
¿Qué pasa con los sueños cuando son tan sutiles y claros?
¿Qué nos dicen, para qué nos hablan?
¿Por qué cuando despertamos estamos en un mundo de inconsciencia, pesado y de letargo?
¿Por qué esa lucidez alcanzada sin descanso, descansa cuando el cuerpo ha desterrado el cansancio?


Como una cura oculta, por temor a que alguien descubra algo, juega esta alquimia en mis entrañas, como envuelta en un halo, en una borrachera perversa de lucidez y encanto. Todo se me antoja fácil…quisiera luego alcanzarlo, y como un sueño :D … que curioso, todo se desvanece como en un sueño…hasta los sueños más inmediatos.


Gracias que mi memoria es corta, no olvidé el último mensaje de este ser, mi conciencia, que abduciéndome había hecho en mi contacto. Su mensaje era claro al levantarme…y sin embargo ahora no soluciono su entresijo…no acabo de ver el reclamo.

Con una frase: “La verdad es sencilla”…me despidió dejándome su encanto…
Y completé yo al escuchar su último eco: “…y va acompañada de un aroma que se llama libertad”…


Lo sentí como quien de otro mundo viniera a revelarme aquello que busco sin darme sosiego…aquello que me aterra, que me engancha, que me hace sufrir…Y durante unos momentos conseguí ser yo solamente. Y disfrutar de mis pecados, de mis pasiones, de mis maldades. Y por un momento si sensualidad era fluida, y atraía hasta las nubes a mi regazo. Y todo lo que había sufrido durante años, toda esa búsqueda atada a un clavo ardiendo…se había purificado, se había desvanecido ante hallazgo tan grato.

Y ¿cómo resumir esto…cómo para poder explicarlo…cómo para poder entenderme de ahora en adelante?...sólo me queda una sensación en mi cuerpo…ninguna idea, ningún consejo…nada que pensar…sólo sentir mi presencia…sólo vagar en esta incertidumbre…sólo perderme en la libertad de mis actos, sólo no pensar, sólo no analizar…sólo ser libre, no tener ego, no tener nada que proteger, nada que defender, nada que recordar…como un animal…sólo tenerme a mi misma y mis ganas de disfrutar…sólo no pensar…ser sencilla.


…la vida era como una gran burbuja de jabón en la que todas las personas entraba a formar parte de este amor…nadie se excluía de miradas amorosas…todo el mundo era capaz de desprenderse de la voluntad de poseer a alguien exclusivamente…de la voluntad de explicar sus deseos…ellos estaban presentes con las miradas…las personas nos amábamos, todo era sencillo, como de algodón de azúcar…no había reglas, sólo el amor…el amor ampliamente entendido, no con celdillas como en las relaciones que me explican los psicoterapeutas. No con límite para que nadie te haga daño…no con reservas por si el o el otro no te lo da todo…no con miedos al dolor…no había posibilidad para el dolor, porque no había deseo más allá del deseo. No había conciencia de nada más que de el presente…y lo único que gobernaba era los sentimientos, que fueran cuales fueran…se convertían todos en esa fuerza descomunal y amorosa, sin responsabilidades para con nadie nada más que para ti misma…sin usar el amor para quererte en el otro sino sólo amar sus ojos, su aire y su energía sin que nada tenga que ver contigo…sólo por él mismo…sólo por lo que ves y es en ese momento. No necesitar nada, no comer ni beber, ni leer ni aprender…sólo relacionarse, hablar y amarse…quizá sólo con el alma…henchida y hueca como un globo que contiene la esencia de la vida… No había objetivos, no había caminos alternativos, no había nada…nada…sólo aire y amor…sólo placidez y reclamos, sólo energía que contrae y dispersa…sólo idas y venidas, sólo movimientos que se armonizaban y cambiaban con el tiempo…nada era estable, nada era eterno, nada parecía tener forma física…todo como de nube, como de aire…como borroso…menos las personas. Ellas no…ellas tenían toda su fuerza en la mirada y los gestos…de tal manera que era imposible dejar de verlos, dejar de sentirse atraído por ellos…y era imposible dejar de amarles por ello. No había diferencias entre amores de amigo, de amante, de conocido, de abuelo, de tío, de ex-pareja, de hermano…nadie era nada especial…todo el mundo podía desaparecer de tu lado en cualquier momento y aparecer al lado de otra persona rápidamente…había libertad para moverse…es decir…no había pensamiento. No había nada de pensamiento…sólo sentimiento.

Ahora me siento completamente descansada.


El amor es una flor muy frágil…como el aire, como la voz…necesita ser acompañada…pero no apoyarse en ella…sólo acompañada y disfrutada feliz y levemente…sin sufrimiento, sin dependencia.
El amor es la flor más sensual y delicada…está hecha de aire…como los sentimientos y los pensamientos…sólo se nutre de aire…y no de sufrimiento.
El amor es una flor silvestre que crece sin ser plantada…que crece en los bordes de los caminos, donde nadie pisaría por miedo a resbalar…
El amor es el aroma de la flor…y no puedes buscarlo en las perfumerías…sólo puedes ir disfrutándolo mientras caminas por tu vida…
Es la flor más bella llena de espinos que la protegen…no te puedes acercar a ella demasiado…y si te alejas no consigues apreciar su aroma. La distancia es la unión perfecta que deja al otro el camino libre para alejarse y retornar sin dar explicaciones.
Es como una compañía fútil para cada momento… siempre cambiante… siempre renaciendo…

A veces el amor huele a otoño frío, a veces huele a primavera alegre…en verano se mustia y en invierno se muere…y cada nuevo amor, aunque sea el mismo…nunca es el mismo. Porque tu ya no eres hoy el mismo…ni yo la misma. Porque cada instante se fulmina con pensarlo.

Como una flor sencilla y pura que acapara la atención de su entorno, hay quien desea hacer ramos de flores con ella. Si lo consiguen…y su corazón no revienta de tanto gozo…podría ser la cumbre de lo que llamamos felicidad.
Pero ¿cómo hacer un ramo con una flor sin arrancarla…sin matarla de hecho?...
¿Cómo hacer una colección de aromas a base de aire y sentimientos?

Nada de esto cabe en el amor. Porque nada de esto es el amor.
Si somos polvo, si somos aire, si somos pensamientos y emociones, si somos moléculas, si somos recuerdos y memoria…el amor es esto también.
Si no somos tiempo, si no somos ego, si no somos futuro sino presente, si no somos posesiones sino relaciones…el amor tampoco es esto.


Esto es lo que queda ahora de mi sueño... esto es lo que puedo compartir.

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