Estos dias...

...has estado más cerca...
Aunque los esfuerzos se multiplican, y siento que algo te apremia...
... es suficiente para este corazón de lino.
Gracias!...

... sólo... que

No se lo que son tus labios húmedos en mi piel,
ni tus tiernos abrazos, ni tu voz suave y dulce sin premuras ni arrebatos.
tampoco que me escuches y no intentes juzgarlo,
tampoco que me dejes decirte aquello que me callo,
por miedo a que por tus gestos todo sea nefasto...

No se cuando empecé a sentirlo, cuando empecé a notarlo,
hoy me doy cuenta de que es algo muy extraño...
Si mi vida no es perfecta,
si rompo el molde y me aparto, o no alcanzo, o sueño en vida, o viajo, o naufrago...
¿Sería importante para ti?...¿ acaso llegarías a notarlo?
¿cuales serían los destellos de tus ojos?...¿cuales las palabras de reclamo?

Y pienso que no te conozco, a pesar de estar toda la vida a mi lado.
Hay tantas cosas que no sabemos de ti, tantas que nunca sabremos,
que se me antoja ser este el primer peldaño de una escalera rota a pedazos,
una escalera que casi nadie ha conseguido ascender.
Los que lo intentan se quedan siempre a mitad, como si una fuerza sutil hiciera impenetrable este corazón tuyo.
Y sólo, los últimos maderos están intactos...son los que te permiten seguir soñando, lejos de este mundo, de esta cadena a la que te has atado.

Qué fue de tus anehlos, tus sueños, tus miedos...?
qué perseguías de dia, y qué añorabas de noche...?
cuando tus manos se juntaban con otras manos,
cuando tus logros no tenían tamaño,
cuando ni siquiera tenías dos años...
Qué pasaba entonces?
Qué ocurrió en tu vida que nunca nos has contado?
qué te hace estar triste y con el corazón callado?
y qué ... qué ... qué .... y cómo ... y cuándo?

Los grandes capítulos no me interesan, esos ya están encuadernados,
me faltan los pequeños, íntimos y extraños,
los sencillos y sutiles, los silenciosos y claros,
los dañinos, los sufrientes, los de lamentos y cansancios,
los de anhelos y metas, los de sueños y desengaños...
tus aprendizajes al fin, los que te llevaron alto,
humanos y mortales, ni de dioses ni de santos...
Tus apegos y tus duelos...esos momentos de llanto.

Porque cada uno somos un libro, lleno de páginas en blanco.
el tuyo todavía espera en el estante...lleno del polvo y acinado, entre los libros de otros,
que hacen olvidar tu verdadero encanto.

Te rodeaste de gente y perdimos una parte de ti,
porque quien tanto se da, se olvida de recibir...

No es ayuda lo que necesitamos, ni comidas, ni encargos,
ni cuidados, ni despertadores, ni la mortaja limpia en verano,
Te necesitamos a ti...

a esos ojos que se cansaron de ver el mundo, porque en el mundo ya no había atajos,
a esos oídos que dejarán de hablar para sentir con nosotros, y no para juzgarnos,
a esos labios que con tanta dulzura exhalan a Cristo sus hallazgos,
a esas manos fuertes y dulces al fin, después de tanto trabajo,
a ese alma que se eleva...y comienza a levantar el vuelo...alto, muy alto...

Ojalá no te olvides nunca de ti ...
Ojalá seas feliz y encuentres tu camino ...
Ojalá puedas prosperar en él y sentirte libre ...

Bienvenida a un ángel!!

Ojos grandes, manos de cisne,
cuerpo recogido y leve,
olor a llanto y a calor suave,
azul de nube, rubio de nieve,
piel delicada, nueva, brillante,
lazos de aire y sueños al fin.

Tienes marcada en tu frente la luz de las estrellas,
y en tus sienes saber de encinas y cometas.
Con tus grandes manos cerradas y prietas
te agarras el mundo, no te sueltas.
Y son tus labios luceros del alba
que humedecen la brisa con besos de poeta.

Toqué tus ojos con los míos, y todo mi cuerpo se estremeció...
tocaste mi vida con la tuya..., ya nada volverá a ser igual.

creí conocerte ya, desde viejo...
creí entender tus esfuerzos,
creí saber tu vida,
y entender este reencuentro.

sentí tu presencia, casi eterna, como de viajero cansado,
que de nuevo vuelve al mundo, a recoger sus anhelos,
a retomar sus recuerdos y a viajar entre errores...

y ya estás entre nosotros, has venido a visitarnos,
¿Te quedarás un tiempo a nuestro lado?
¡¡Quédate por favor!! ...y que sea largo...

Quiero seguir tus pasos, escuchar tu voz y reír a tu lado...
quiero que digas mi nombre...que me enseñes la vida,
mi niño grácil y anciano...

tu saber está intacto y deseo admirarlo...
tu corazón es de pluma, blanco y liviano...
y respiras este aire desgastado y lacio,
renovando suspiros de este mundo viciado.

Como un ángel duermes y como un ángel despiertas
y casi no despiertas de tu mundo soñando,
casi no te importa este traumático cambio,
casi no te das cuenta de que te estoy amando.

Un día quizá me digas que todo olía extraño...
que naciste por dulzura...que vivías por cansancio
que recorrer esta vida se te fue olvidando,
y que buscaste vivirla como habías observado...
que tus sueños se deshicieron, como por encargo,
y que la vida se fue haciendo más lenta con cada verano.

Yo quisiera ser tú ahora, y poder demostrarlo...
daría mi vida por nacer de nuevo, a tu lado,

con los ojos en el cielo, y en el cielo mi mano...
gritar ante el abismo que separa nuestras mentes, nuestros pasos,
que lo que tu nos traes hoy no es un regalo,
es el milagro de la vida, de lo inexplicable y humano.

el milagro de lo incierto, del coraje de vivir,
de elegir el olvido y saborear el fracaso,
de sumar aciertos a los grandes hallazgos,
de retomar virtudes, de marchitar reclamos,
de abandonar futuros cada día más lejanos...

Si la vida nos recoge y nos alberga con sus brazos,
como lanzan hoy los suyos tus suaves padres callados,
si la vida nos empuja a seguir avanzando,
como empujas hoy tu sueño para vivir observando...
quiero seguir creyendo que algo grande y mágico
nos espera sin urgencia, cuando todo duerme callado,
cuando escucho tu silencio en mi silencio,
y la noche se hace manto.